El Obispado de Málaga ha emitido un comunicado en el que subraya su compromiso en la búsqueda de la verdad y la justicia con respecto a los presuntos abusos sexuales cometidos por un sacerdote en la localidad de Vélez-Málaga. El portavoz de la Diócesis malagueña, Antonio Moreno, enfatizó que la Iglesia es “el primer interesado en que se sepa toda la verdad” en relación a este caso que ha conmocionado a la comunidad.
La situación se tornó pública cuando, en agosto de este año, una mujer que afirmaba ser la pareja sentimental del sacerdote involucrado informó a las autoridades eclesiásticas sobre la existencia de videos que documentaban los abusos. La Diócesis reaccionó inmediatamente instando a la denuncia y a cooperar con las autoridades correspondientes. Moreno manifestó su apoyo a las víctimas y expresó el profundo pesar de la comunidad cristiana en Málaga.
Moreno desmintió afirmaciones de que la Diócesis había tenido conocimiento de la existencia de los videos desde enero de este año. Afirmó que, en ese momento, se tenía información sobre la relación entre la mujer y el sacerdote, pero no se tenía conocimiento de la existencia de las pruebas visuales. Fue después, cerca del verano, cuando la mujer informó a la Iglesia sobre la existencia de los videos, momento en el cual se instó a la denuncia ante la Policía Nacional.
El portavoz señaló que la Diócesis no tenía acceso a los videos en cuestión y, por lo tanto, no podía tomar medidas más allá de recomendar a la víctima que acudiera a las autoridades pertinentes. La Iglesia se puso a disposición de las autoridades y expresó su deseo de que se esclarezca toda la verdad en esta investigación.
En cuanto al sacerdote implicado, se le han retirado las licencias ministeriales, lo que constituye el primer paso en un proceso canónico que podría llevarse a cabo una vez que se confirmen los detalles de la investigación. Sobre su traslado desde Melilla a Málaga a principios de año, se argumentó que fue debido a razones de salud.
Finalmente, Moreno concluyó su declaración con un llamado a no permitir que las acciones de uno afecten la imagen de toda la comunidad que trabaja por el bien y el amor. Enfatizó que en casos de abuso y mentiras, el amor auténtico brilla por su ausencia, y la Iglesia se encuentra comprometida en promover la verdad y la justicia en este caso delicado.
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