Mañana sábado, 5 de febrero, el escenario del Centro Cultural MVA de la Diputación acoge una nueva cita del ciclo musical ‘Son de primavera’ que organiza el Centro Generación del 27. En esta ocasión, el protagonista será el cantante malagueño Javier Ojeda, que se unirá al trío jazzístico de Daniel Amat para ofrecer un concierto en el que se fundirán música y poesía. Será a las 20.00 horas, con entrada libre hasta completar el aforo del recinto.
No es la primera vez que Javier Ojeda se adentra en los territorios de la poesía. Hay varias piezas de su repertorio que son poemas cantados y ha musicado piezas de José María Hinojosa, Manuel Altolaguirre y Concha Méndez. También se ha rodeado anteriormente de músicos de jazz, alejándose de los estándares del pop y de sus piezas más conocidas para atreverse con armonías más intrincadas y exhibir su faceta de “crooner”.
En este proyecto en desarrollo, en compañía del pianista Daniel Amat y con Francis Posé al contrabajo y Andrés Litwin a la batería, entra de lleno en estas líneas y profundiza en la exploración del jazz y de la poesía. El repertorio de este concierto incidirá en la poética de las piezas cantadas, combinando poemas del 27 con textos más recientes de diversos autores. También se ejecutarán clásicos latinoamericanos que destaquen por la calidad de su lírica y hasta algún estándar norteamericano, con una selección del repertorio de Ojeda más cercano a este formato.
Próximas actividades
La programación cultural del Centro del 27 continúa la próxima semana en el MVA con la proyección de la icónica película ‘Freaks’ en una nueva cita del Cineclub del 27, y con un encuentro entre el novelista Antonio Soler y el fotógrafo Ricky Dávila en el marco del ciclo de coloquios ‘De la fotografía a la literatura’. Ambas actividades son de entrada libre hasta completar aforo.
‘Freaks’ en el Cineclub del 27. El lunes, 7 de febrero, a las 20.00 horas
La crítica la ha definido como “valiente hasta la náusea”, “todo un clásico monstruoso” o “el más furibundo alegato a favor de la diferencia”.
‘Freaks’ (“La parada de los monstruos”), dirigida por Tod Browning en 1932, es un clásico del cine en el que el horror no se deriva de los maquillajes y fantasías del argumento, sino de las crueldades del ser humano, y que a la vez rezuma ternura y comprensión.
El director Tod Browning había cimentado su prestigio con melodramas extremos y crueles protagonizados por su amigo Lon Chaney, conocido como ‘El hombre de las mil caras’. Enamorados ambos del mundo circense y compartiendo una gran ternura por las criaturas diferentes o perseguidas, habían pergeñado juntos éxitos como ‘Garras Humanas’ o ‘El trío fantástico. El Palacio de las Maravillas’. La Metro Goldwyn Mayer quería igualar los éxitos de la Universal en el género del terror y contrató a Browning (que ya había dirigido ‘Drácula’) con este fin. Sin embargo, el proyecto se le escapó de las manos para convertirse con el tiempo en el film más prohibido de la historia del cine.
La historia que presenta fue condenada en el mundo entero allá donde se exhibió, siendo prohibida en varios países antes de su estreno. No pasó la censura ni en aquellos países mejor dispuestos hacia ella por oposición al modelo norteamericano. En media Europa fue mal distribuida y en la otra media no llegó a estrenarse. Así, en Gran Bretaña no se vería hasta los años 70, en Canadá fue etiquetada como “brutal y grotesca”, y su recuperación mundial no tendría lugar hasta el Festival de Venecia de 1962. En España estuvo prohibida en los años de la República y también durante la dictadura, y no se estrenaría en cines hasta 1997, tras un pase televisivo en versión original y a hora tardía años antes. En 1994 había sido incluida entre los títulos a preservar de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Su influencia, demorada en el tiempo, ha sido enorme, y se la puede rastrear en filmes importantes tan distintos como ‘El hombre elefante’ de David Lynch o la reciente ‘El callejón de las almas perdidas’ de Guillermo del Toro.
La cinta ha sido interpretada tanto en el contexto de la lucha de clases como una alegoría de los años de la depresión económica o una toma de posición ante el entonces boyante debate de la eugenesia. En resumen, un drama tremebundo para el que no estaba preparado el público de entonces.
Encuentro entre Antonio Soler y Ricky Dávila. El miércoles, 9 de febrero, a las 20.00 horas
El coloquio entre Antonio Soler y Ricki Dávila es un encuentro entre la fotografía, como una de las disciplinas artísticas más recientes, y el longevo ejercicio de la literatura. De algún modo ambas dan cuenta del mundo que rodea a sus autores y levantan un testimonio de un momento y lugar, y ambas han ido acusando las implicaciones del avance tecnológico, manteniendo su esencia y voluntad de guardar un trozo del presente para el porvenir.
El malagueño Antonio Soler, conocido también como guionista y articulista de prensa, debutó en la narrativa con la colección de relatos ‘Extranjeros en la noche’ del que, posteriormente, se editaría por separado la novela corta ‘La noche’. En 1983 obtuvo el premio Jauja de relatos con ‘Muerte canina’. Con ‘Las bailarinas muertas’ se hace con el Premio Herralde y un gran prestigio en el panorama literario nacional que han refrendado títulos posteriores como ‘El nombre que ahora digo’, ‘El camino de los ingleses’ o ‘Apóstoles y asesinos’. Su último título es ‘Sacramento’.
El fotógrafo Ricky Dávila reside en su Bilbao natal, donde dirige el Centro de Fotografía Contemporánea de Bilbao que él mismo fundó. Durante una década se centró en el ámbito del reportaje tanto a nivel nacional como internacional, y desde el cambio de siglo, habiendo recibido distinciones como el Premio Fotopres, el World Press Photo II o el Ortega y Gasset, ha reorientado su trabajo al ámbito del fotolibro y las exposiciones.
Es autor de media docena de títulos, entre ellos, ‘Retratos’, ‘Manila’, ‘Ibérica’, ‘Nubes…’, ‘Todas las cosas del mundo’ y ‘Los cuadernos de Remo Vilado’, reflejos de más una veintena de exposiciones individuales. La editorial Galaxia Gutenberg ha publicado sus ensayos sobre fotografía en ‘Tractatus Logico-Photographicus’.
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