Este miércoles se conocía la trágica noticia del fallecimiento en Málaga de Manolo Fuertes a los 90 años, amigo entrañable, que durante décadas se dedicó de manera incansable a crear cuadros y dibujos a la cera de paisajes y bodegones que desde lejos se distinguen como genuinamente suyos.
Vivió durante años en Barcelona, y tenía residencia en Madrid, donde realizaba con frecuencia exposiciones y congregaba a numerosos artistas y amigos, pero fue su compañero al que conocía desde la niñez, el empresario y mecenas de las artes Francisco Campos, fundador y propietario del espacio El Pimpi.
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